Frecuentemente podemos diferenciarnos de los demás porque sabemos que somos diferentes, no sólo por nuestros rasgos físicos sino por nuestra personalidad, forma de aprender, pensar, expresarnos, etc. Finalmente dichas diferencias marcan nuestra forma de actuar. Definitivamente, somos grandes espectadores de la diversidad actual, dentro de ello, también se incorpora a una neurominoría que está compuesta por personas neurodivergentes, donde pueden haber individuos que presenten un proceso de cognición y expresión afectiva diverso en relación a otras. Dentro de esta neurominoría se encuentran niños y adultos con diagnósticos de TEA (Trastorno de espectro autista), TDAH (Trastorno de déficit de atención con hiperactividad), dislexia, dispraxia, discalculia entre otras. Sin embargo, aún sigue siendo una lucha poder comprender que las personas neurodivergentes no son discapacitados. Al igual que los demás tienen fortalezas, debilidades, habilidades que pueden mejorar y reforzar, convirtiéndolos en neurodivergentes funcionales dispuestos a asumir cualquier reto.
En relación de la neurodiversidad en la esfera educativa, es necesario considerar esta diversidad de proceso cognitivo para la elaboración de estrategias efectivas, teniendo como objetivo la integración y una educación adaptable a cada necesidad, para el beneficio de todos los niños. Aumentar las estrategias de enseñanza no solo será beneficioso para el niño neurodivergente, si no que también ayudará a los niños atípicos a interiorizar y aprovechar la información brindada por los educadores. e identificar las estrategias educativas que se pueden utilizar, en lugar de seguir una misma metodología rígida para todos.
Actualmente en muchos países, ser diferente o neurodivergente al común de las personas, significa una gran ventaja en el mercado laboral. A pesar que no siempre fue así para esa minoría, ya que no necesariamente responden a los parámetros comunes que buscaban los empleadores. Sin duda, cada vez más las grandes empresas están apostando por incluir a esta minoría por su talento y grandes recursos de conocimiento, dejando de lado su condición.
Como padre o educador, existe una gran responsabilidad con los niños neurodivergentes, ya que el desarrollo óptimo dependerá de las herramientas que reciban en ambos ambientes para aprender y ser autónomo. Definitivamente ser agentes de cambio no es una tarea fácil, requiere de paciencia, tiempo, compromiso, propósito y trabajo en equipo.
Los cambios se llevan a cabo en pequeños avances significativos por parte de cualquier persona que decida ser agente de cambio, padres de familia o educadores que tengan a su cargo un niño o niña neurodivergente. Además, de la atención neurológica y psicológica, es importante, no solo contribuir a desarrollar las áreas en déficit, sino también lograr una integración entre el colegio y la casa.
“La naturaleza es diversa, el cerebro humano también”
Psic. Ana Dextre
Psicología Integral Yo Puedo
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