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Hoy en día, hablar de salud mental forma parte de la salud integral, sabemos que la salud mental es tan importante como la salud física para la incorporación asertiva y funcional de una persona a su entorno cercano, familia, colegio trabajo y sociedad.

Hoy sabemos que la salud mental va de la mano con la salud física y la salud física está relacionada con la salud mental, pues existe una correlación que nos lleva al punto de poder generar afectación física cuando por ejemplo, estamos inmersos en estrés constante, de este modo podemos llegar a presentar algunas enfermedades que son la respuesta a un estilo de vida que puede ponernos al límite y que por lo tanto, lleva a nuestro organismo a respuestas adaptativas para poder enfrentar dicha situación que es interpretada como “peligro”. De igual modo, cuando estamos frente a condiciones de salud delicadas, como las condiciones oncológicas por ejemplo, a pesar que inevitablemente pueda haber una afectación emocional, sabemos que si trabajamos en la forma en como el paciente puede enfrentar esta situación, podemos hacer que el estado de salud física pueda ser más llevadero.

Hoy en día sabemos que incluso tratamientos de fertilidad pueden ser más efectivos con un adecuado control emocional que reduzca es estrés de la pareja que atraviesa por esa situación ante la posibilidad de la paternidad. Los cuadros de gastritis y malestares estomacales diversos, mejoran o se activan cuando existen rutinas que disminuyen el estrés y el estilo de vida de la persona cambia.

Por otro lado, es importante también saber que si bien es cierto, todos quisiéramos estar frecuentemente felices, no siempre podrá ser así, y eso es parte de la vida, por lo tanto, corresponde la aceptación para ello, en ese sentido, es necesario entrenarnos de la siguiente forma:

1-Reconoce todas tus emociones, aprende a identificarlas y permítete expresarlas .
2-Las emociones de enojo o tristezas no son malas, son emociones producto de lo que enfrentamos y necesitamos expresarlas saludablemente, no reprimirlas.
3- No se trata de reprimir o negar las emociones, se trata de expresarlas en el momento, lugar y con la persona indicada.
4- Todos tenemos derecho a enojarnos, pero no a aturdir con nuestro enojo a nuestro entorno, no podemos descargar nuestro enojo con quienes nos rodean, esto solo traerá mayores problemas y posibles arrepentimientos.
5- Estar triste, debe ser una emoción que también podamos permitirnos expresar de manera que no se mantenga o pueda generar dolor o resentimiento futuro.
6- Evita minimizar las emociones con frases como “no tengo porqué ponerme triste, debo ser fuerte” “ eso no vale la pena” “ no sirve de nada estar triste o preocupado”, “tengo que estar bien” “yo soy fuerte, esto no debe afectarme” etc. La verdadera fortaleza está en reconocer que algo nos duele y que por lo tanto podemos sufrir un momento, pero luego seguimos, continuamos, aceptamos que las cosas pueden ser así a pesar que no nos gusten, y lo superamos.
7- Aprende de tus aciertos y errores, piensa en como pudiste haber respondido a tu enojo de manera diferente e identifica nuevas forma para afrontar mejor la situación.
8- Ejercítate, un cuerpo en actividad transmite energía, la misma que sirve para poder enfrentar cuestiones emocionales que pueden disminuir su impacto.
9- Aliméntate de manera saludable, según lo que llevas a tu cuerpo podemos apreciar tu grado de valoración y cuidado personal.
10- Interésate por verte bien, no se trata de verte hermoso (a) si no de verte atendido, cuidado y limpio.

Tú eres el protagonista en tu historia, tu salud mental depende de lo que hagas alcanzarla, si necesitas ayuda profesional para ello, búscanos.

Lic. Sarela Quiroz
Psicóloga Psicoterapeuta.
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