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En la actualidad, muchas personas suelen asociar el término «PAS» con individuos que muestran vulnerabilidad, fragilidad y una tendencia a comportarse como víctimas frente a situaciones en las que no tienen un control absoluto. Sin embargo, esta percepción dista de la realidad y la definición precisa.

Una persona altamente sensible se puede describir como alguien que experimenta estímulos emocionales, sensoriales y sociales con mayor intensidad en comparación con la mayoría. Además, las PAS tienden a tener una empatía más acentuada, lo que conllevaría a una mayor predisposición al estrés y el agotamiento emocional. Comprender y aceptar esta característica resulta crucial para gestionarla de manera efectiva y llevar una vida plena y satisfactoria.

Es esencial destacar que esta cualidad no está relacionada con trastornos ni diagnósticos de salud mental. Más bien, se refiere a un rasgo de personalidad innato que se hereda y forma parte de la estructura de cada individuo. Según diversos estudios, se estima que está presente en al menos el 20% de la población global, sin distinción de género. Además, las PAS perciben estímulos hasta diez veces más intensamente que las personas no altamente sensibles.

Por otro lado, se sabe que cada emoción surge como respuesta a una experiencia particular. Cuando enfrentamos una situación, nuestro cerebro genera pensamientos (positivos o negativos) que influyen en la emoción que experimentamos. En el caso de las PAS, algunas emociones pueden activar el sistema nervioso, elevando los niveles de activación y dando lugar a emociones más intensas que pueden ser etiquetadas por otros como «dramáticas» o «exageradas». Esta interacción entre la activación mental y las emociones puede llevar a la sobreestimulación emocional y afectar la salud mental de las PAS.

Finalmente, si identificas algunos de los indicadores mencionados en tu vida o en la de alguien cercano, es fundamental considerar si eres una persona altamente sensible o si esa persona lo es. Esta comprensión te permitirá reconocer momentos en los que puedas estar saturado de emociones, lo que podría causar irritación o malestar emocional. Recordemos que reprimir nuestras emociones solo agrava la situación, por lo que es recomendable buscar la ayuda de profesionales especializados en el tratamiento de personas altamente sensibles.

Psic. Ana Dextre  
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