La organización nos permite optimizar el orden de las cosas para mantener los espacios disponibles, por ello, durante el proceso es evidente que se opte por desechar algunas cosas que no cumplen con su utilidad o se requiera realizar un cambio. Sin embargo, realizar lo contrario, sobre todo evitar deshacerse de las cosas que no cumplen con su utilidad y almacenarlas en el hogar al punto de poder llegar a considerarse o verse como un depósito, se denomina acumulación compulsiva.
El trastorno de acumulación compulsiva, genera en la persona una dificultad para desechar objetos entre otras cosas porque cree que va a utilizarlas en algún momento, independientemente de su valor o por mérito de importancia, ocasionando un considerable desorden visual que pudiera llegara impedir el desplazamiento libre por el espacio ocupado. Con el tiempo aumentarán los espacios que se usarán para el almacenamiento de otros objetos llegando a limitar el uso de los mismos. Por otro lado, existen ciertos rasgos de personalidad que pueden estar relacionados al trastorno como la dificultad constante de tomar decisiones ya que se toman decisiones lentamente y se cuestiona esa decisión de inmediato; asimismo, la procrastinación y el perfeccionismo son condiciones que pueden predisponer que un individuo desarrolle este trastorno.
Se considera que la acumulación compulsiva puede variar entre leve y grave, diferenciándose en la frecuencia que este trastorno puede afectar en la rutina diaria de la persona que lo presente. Además, para quien padece del trastorno no suele ser un problema, ya que están convencidos del sentido de lo que hacen y pueden llegar a ver la conducta como un acto preventivo. Algunos de los fundamentos que mantienen las personas que presentan este trastorno para acumular compulsivamente y evitar desechar los objetos son los siguientes:
- Creer que los objetos guardados serán útiles en el futuro.
- Mantener una conexión emocional con los objetos que se relacionan con momentos agradables, pérdida de una persona o mascota.
- Sentir comodidad y seguridad al estar rodeado (a) de cosas.
- Resistencia a una nueva apertura o reemplazo.
Por otro lado, algunos de los síntomas del trastorno de acumulación compulsiva pueden incluir lo siguiente:
- Acumular una cantidad excesiva de objetos que no son indispensables por el momento y para los que se tiene un limitado espacio.
- Dificultad constante para deshacerse de las cosas, independientemente de su valor real.
- Constante necesidad de guardar los objetos y sentirse con desánimo y angustia ante la idea de tener que deshacerse de ellos.
- Generar un desorden que ocasione el uso limitado de las habitaciones de la casa.
- Ser perfeccionista y evitar tomar decisiones o retrasarlas.
- Problemas para planificar y organizar.
Finalmente, los acumuladores compulsivos no suelen buscar tratamiento porque no comprenden que su situación es una enfermedad, por ello, es importante el rol que pueda desempeñar la familia y los amigos, así puedan brindar su apoyo en el proceso de terapia.
Psic. Ana Dextre
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