Cada 10 de septiembre, se conmemora el Día Mundial de Prevención del Suicidio, evento dedicado a a la concienciación y la acción en torno a un problema de salud mental que afecta a millones de personas en todo el planeta. En esta fecha se habla mucho de prevención y señales de alerta ante un posible intento de suicidio, sin embargo, poco se hace mención de aquellos que tomaron la decisión de acabar con sus vidas y que, por circunstancias distintas, no lograron concretar su cometido.
Un intento de suicidio fallido es un evento extremadamente crítico y traumático tanto para la persona que lo ha experimentado como para su entorno más cercano. El proceso de recuperación posterior a un intento de suicidio requiere un enfoque sensible y multifacético, que aborde tanto las necesidades inmediatas como los desafíos a largo plazo.
Pensando en aquellos que han atravesado una situación tan difícil como esa, es que el presente artículo ofrece una guía integral sobre el apoyo y cuidado psicológico que necesitan aquellos sobrevivientes del suicidio y sus seres queridos.
- Atención Médica Inmediata y Evaluación
El primer paso después de un intento de suicidio fallido es asegurar que la persona reciba la atención adecuada. Es crucial realizar una evaluación integral para comprender el estado físico y mental de la persona para desarrollar un plan de tratamiento adecuado.
- Creación de un Entorno Seguro
Asegúrate de que el entorno en el que se encuentra la persona sea seguro y esté libre de posibles métodos para autolesiones. Esto puede incluir la eliminación de objetos peligrosos y la supervisión continua.
- Establecimiento de una Red de Apoyo
Es importante que la persona se sienta rodeada de personas como familiares y amigos, los cuales deben ser alentados a ofrecer su apoyo de manera consistente, escuchando sin juzgar y proporcionando un espacio seguro para la expresión emocional.
- Acceso a Atención Psicológica Profesional
El acompañamiento de un profesional de salud mental puede ofrecer un espacio para explorar los pensamientos y sentimientos que llevaron al intento y desarrollar estrategias de afrontamiento saludables.
- Creación de un Plan de Seguridad Personal
Este plan debe incluir estrategias específicas para manejar las crisis, cómo identificar señales de advertencia y métodos para buscar ayuda en momentos de angustia, además de acceso a contactos de emergencia y líneas de ayuda.
- Fomento de la Autoestima y el Autocuidado
Fomentar hábitos saludables, como una nutrición adecuada, ejercicio regular y técnicas de relajación, puede contribuir al bienestar general. Además, la participación en actividades que brinden satisfacción y un sentido de propósito puede ser beneficiosa.
- Educación y Capacitación Familiar
La capacitación en habilidades de comunicación efectiva, estrategias para manejar situaciones difíciles y la comprensión de las señales de advertencia pueden mejorar el apoyo proporcionado por los seres queridos y reducir el riesgo de futuros intentos.
La transición a una vida post-intento puede ser desafiante. Es importante ayudar a la persona a desarrollar habilidades para enfrentar la vida cotidiana y establecer metas a largo plazo. La planificación de la vida futura y la identificación de recursos adicionales, como grupos de apoyo y actividades de desarrollo personal, pueden proporcionar un sentido de dirección y esperanza.
Psic. Andrea González
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