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La relación entre hermanas es sin duda un pilar fundamental que existe dentro de la familia. Debido a que, se convierten en compañeras de toda la vida, referentes a seguir y por su naturaleza femenina también una figura de protección. Cuando la relación es saludable puede además desarrollar una relación de complicidad, en la que juntas formarán toda clase de planes, travesuras, negociaciones y alianzas en las que aprenderán a interactuar y resolver situaciones. Una placentera y compleja relación de amigas y cómplices, las acompañará durante su desarrollo, pasando por la infancia, la adolescencia e incluso hasta la vida adulta.

Estas relaciones se encuentran entre las más duraderas y se caracterizan por la cercanía, la participación y, a veces, la competencia. Aunque cada relación es única, existen algunos puntos en común que nos permiten comprender mejor la profundidad de la conexión: 

1. Soporte emocional

Las hermanas pueden brindar un importante soporte emocional durante las dificultades y desafíos de la vida. Tener a alguien en quien apoyarse puede ayudar a reducir el estrés y la soledad. Esta capacidad de ser una fuente constante de apoyo emocional convierte a las hermanas en figuras clave en los sistemas de dinámica familiar y personal.

2. Rivalidad y competencia

La rivalidad entre hermanas es común y puede ser una fuente de motivación para el éxito en muchas áreas de la vida. La mayoría de las hermanas aprenden a superar esta competencia a medida que crecen y se dan cuenta de que cada una tiene su valor único. Esta competencia temprana, si se gestiona de manera saludable, puede inspirar el progreso personal de cada una.

3. Confianza y alianza

La confianza y la alianza entre hermanas son aspectos valiosos de una relación que demanda importancia mutua. Saber que hay alguien con quien hablar sobre los similares gustos que tienen o lo que les desagrada, sin juicios ni prejuicios, aumenta la sensación de seguridad y apoyo en la vida.

Por ello, la relación entre hermanas es un vínculo que se forma desde la infancia, se fortalece mediante el tiempo con diversos obstáculos que se van presentando día a día, mostrando cada vez la confianza, complicidad y el apoyo mutuo que traen como consecuencia efectos positivos en el bienestar psicológico y emocional de la relación fraternal.


Psic. Carolina Soriano Mogollon 
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