En muchas ocasiones como padres, hemos tomado el papel de moderadores y observadores de las frecuentes peleas de nuestros hijos, ya sean gritos, insultos, llanto e incluso golpes. Situaciones que de alguna forma u otra causa ansiedad dentro del núcleo familiar y que, en reiteradas ocasiones, son difíciles de gestionar para los padres. Sin embargo, es importante resaltar que las discusiones entre hermanos pueden ser situaciones comunes, en especial durante la niñez. Cabe señalar que los hermanos son los principales agentes socializadores, cuya participación favorece el desarrollo de las habilidades sociales, solución de conflictos y trabajo en equipo. Las peleas entre hermanos suelen ser menos frecuentes cuando los niños son pequeños pero pueden intensificarse alrededor de los 6 años por distintos factores como la edad, la necesidad de competir, celos, personalidad, estado de ánimo y/o el ambiente familiar.
Para evitar las peleas entre hermanos, es primordial la educación en valores y que los niños puedan comprender la importancia de respetar al otro. Por ello, se puede tener en cuenta lo siguiente.
- Fomentar el compartir. Así entiendan que hay cosas que se tienen en común, y no hay ningún problema. Todos tendremos nuestro tiempo para disfrutar de las cosas estableciendo turnos.
- Ser equitativos al manifestar cariño, se trata que los niños no interpreten que los padres tienen preferencia o más afecto a uno en especial que a otro, independientemente de lo que se comparte con cada uno.
- Modelar con asertividad, una forma muy efectiva para evitar peleas es el modelado, así, los niños aprenden a esperar, reconocer que algo le pertenece al otro, pedir las cosas por favor y disculparse entre otros. El modelo puede ser una gran herramienta para evitar rivalidades futuras.
- Estar atentos a las influencias que reciben. Si ven dibujos violentos, o usan juegos o videojuegos con contenido violento, insultos, groserías, etc. aprenderán esas conductas como normales.
A continuación, presentamos recomendaciones para actuar frente a los conflictos entre hermanos.
- Permita que cada niño exponga su punto de vista sin interrupciones
- Para asegurarse de que el otro lo entienda, pida que repita con sus palabras (si es muy pequeño le ayudamos un poco).
- Ayudar a ambos niños repasan y sopesan las posibles soluciones (también les podemos ayudar).
- Eligen un desenlace que satisfaga a ambos.
- Planear cómo poner en marcha las soluciones planteadas. Todo con ayuda, pero sin sustituirlos.
Es así como la constancia y la perseverancia serán los puntos clave para lograr el objetivo principal, que es la disminución de las continuas peleas. Los resultados se evidenciarán en su debido tiempo, solo es necesario ser pacientes y constantes para poder ver los pequeños avances, que en conjunto dará el resultado esperado.
¡Quién tiene un hermano tiene un tesoro!
Psic. Ana Dextre
Psicología Integral Yo Puedo
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