Al igual que las relaciones de pareja, algunas relaciones de amistad pueden no ser saludables. Este tipo de amistades afectan de manera negativa a la salud emocional y física, ya que una interacción amical inmersa en críticas, descarga negativa, manipulación, deshonestidad, falta de confianza, dependencia y “apoyo insano” generan desgaste, agotamiento, y podrían llegar a perjudicar el estado emocional.
Para poder identificar las señales de alarma, hay que prestar atención a nuestras emociones y acciones. Respecto a las emociones, puede ser un indicador la sensación de incomodidad que sentimos cuando nos vamos a encontrar o ya estamos con una persona. El segundo indicador, se refiere a las acciones relacionadas a evitar a esa persona, ya sea porque su actitud hacia ti es desagradable o poco sincera.
Para dar solución a una amistad poco saludable, solo hay dos opciones principales. La primera es hablar con el amigo sobre el impacto de su comportamiento. Es posible que no sepa que sus acciones o palabras afectan a los demás, así que ser sincero podría mejorar la relación. Para lograr eso, es importante ser directo y asertivo con tus pensamientos y dejar claro que no aceptarás ciertos comportamientos.
Sin embargo, si la amistad no tiene ningún beneficio positivo y la conversación no ha ayudado, puede ser el momento para terminarla. En ese caso, lo mejor es comunicar tu decisión a la persona explicándole tus razones de manera clara y tomarte tiempo para enfocarte en tu cuidado personal.
Psic. Andrea González
Psicología Integral Yo Puedo
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