(01)991988772 info@yopuedo.com.pe

No cabe duda que la figura paterna juega un rol sumamente importante en la vida de todo ser humano, el padre a diferencia de la madre va desarrollando el amor hacia el bebé desde afuera, es decir, debe acercarse para sentirlo, ver como crece la barriga y hoy en día puede estar comprometido en el nacimiento de una forma forma más activa cuando se le permite acompañar a la madre. Estas circunstancias ponen en relativa desventaja al padre ya que no lleva al bebé en el vientre, no da a luz, no lo amamanta, sin embargo, simplemente lo ama desde su ser y sentido como padre.

El amor del padre viene muchas veces con desaciertos, esto se sustenta en que partiendo de las necesidades físicas, es la madre quien debe cargar al bebé para amamantarlo, ello condiciona a la madre a aprender primero a sostener al bebé, muchas veces lo cambia, lo baña, lo viste primero, en fin, una serie de acciones donde la madre se inicia en el rol con cierta ventaja sobre la posición del padre, sin embargo, no significa que el padre no quiera o no pueda hacerlo, claro está que si no realiza ninguna función de atención y además es observado desde la crítica, existen muchas probabilidades que asuma que no sabe cómo atender al bebé de manera correcta, lo que no significa que sea cierto, simplemente, no lo hace como la madre y es completamente válido que sea así porque simplemente es el padre y no debe ser la madre.

Esta es la parte interesante del vínculo que se establece con el padre, ya que tanto la forma como la intensidad del sostenimiento por ejemplo, van a tener formas distintas, lo que está bien ya que tanto el tamaño, la forma y las habilidades motoras del padre y la madre son naturalmente diferentes.

Socialmente existe un sesgo en el que se asume que solo la madre es capaz de atender debidamente al bebé, esto es una falacia, ya que existen padres que se involucran en las atenciones y cuidados del bebé cuando se les da la oportunidad, es decir, el amor del padre hacia sus hijos puede romper con esos estereotipos sociales donde solo se le asignan determinadas funciones al padre.

La presencia de la figura paterna puede ofrecer algunas de las siguientes condiciones:

  • Protección, esto sustentado en la base de la constitución física en la que anatómicamente el varón suele tener un mayor tamaño, volumen y fuerza. Al parecer estas condiciones hacen que los hijos puedan ver al padre resolviendo problemas o situaciones en donde se pueda observar dicha destreza.
  • Seguridad, la familia suele basar su bienestar bajo la seguridad de contar con el apoyo y respaldo del padre, siendo percibido como no solo el proveedor material, si no también como el personaje capaz de solucionar las diferentes situaciones presentadas en el hogar.
  • Disciplina, el involucramiento del padre en las rutinas y deberes de casa contribuye con la participación activa en el establecimiento de límites frente a los hijos.
  • Flexibilidad, se refiere a la capacidad del padre de mostrar amor y atenciones a pesar de poder ofrecer una imagen distinta o ruda hacia afuera, lo que sin duda da la sensación alos hijos de ser amados y ser especiales en la vida del padre.

La paternidad no es un concurso en el que se deba dar una valoración tanto a padre como a la madre para ver quien es mejor o no, sin duda son figuras importantes en el desarrollo físico, emocional y cognitivo del niño, sin embargo, lo importante está en no establecer sesgos limitantes donde se invalide la participación de ninguno de ellos, muy por el contrario, una paternidad saludable incluye el respeto, consideración y valoración mutua en la que se aceptan las diferencias y se dirige la atención hacia una crianza suficientemente buena y no perfecta.


Mg. Sarela Quiroz
Psicóloga Psicoterapeuta.