El pasado viernes 10 de septiembre se conmemoró el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, lo que señala un problema de salud pública que afecta gravemente a los individuos, familias y comunidades, sin embargo, amenudo es descuidado debido a los estigmas, mitos y tabúes que lo rodean. Por lo tanto, centrarse en la prevención del suicidio es especialmente importante para promover la toma de conciencia y creación de vínculos sociales que ofrezcan esperanza a quienes los necesitan.
El suicidio es un problema complejo y, aunque no siempre se puede saber si alguna persona de nuestro entorno cercano está pensando en el suicidio, hay algunas señales de alerta a las cuales se les debe prestar atención:
- Habla acerca del suicidio, o expresar frases como «desearía no haber nacido», «quisiera estar muerto», “solo quiero dormir” o similares.
- Intenta obtener medios para hacer efectivo el suicidio.
- Retraimiento extremo.
- Cambios de humor.
- Interés en el tema de la muerte.
- Sentimiento de impotencia y desesperanza ante una situación.
- Abuso de alcohol y/o drogas.
- Cambios en la rutina normal.
- Comportamientos autodestructivos e imprudentes.
- Despedirse de las personas como si fuera a ser definitivo.
En el caso de observar alguna o varias de estas señales, las acciones que se tomen a partir de esta información pueden ser cruciales para evitar un trágico desenlace. El objetivo principal es lograr que la persona tenga la confianza necesaria para expresar sus sentimientos y animarla a pedir ayuda a profesionales; por eso, la NIH (National Institute of Mental Health) propone cinco medidas que se pueden tomar para ayudar a una persona que esté experimentando dolor emocional:
- Preguntarle directamente y con calma si está pensando en suicidarse. No es una pregunta sencilla de hacer, pero los estudios muestran que preguntar a las personas en riesgo si tienen pensamientos o deseos de morir o de matarse no aumenta los suicidios ni los pensamientos suicidas.
- Consúltele a la persona con pensamientos suicidas si tiene algún plan de hacerse daño y reduzca su acceso a ciertos objetos o lugares que podrían resultar letales.
- Escuche atentamente para enterarse de lo que la persona en riesgo está pensando y sintiendo. De hecho, las investigaciones sugieren que reconocer y hablar sobre el suicidio puede reducir los pensamientos suicidas en lugar de aumentarlos.
- Ayude a la persona con pensamientos suicidas a establecer una conexión con una persona de confianza, como un miembro de la familia, un amigo o un profesional de la salud mental.
Psic. Andrea Gonzáles
Psicología Integral Yo Puedo
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