La familia es una parte fundamental en la vida de una persona, siendo soporte primario frente a cualquier inestabilidad o desequilibrio emocional que una persona puede experimentar. Si este soporte se rompe o quiebra con la separación de los padres, podría causar grandes estragos en los protagonistas, haciendo que los obstáculos cotidianos, puedan llegar a tener mayor impacto.
Cuando los lazos de la pareja se rompen hasta llegar al divorcio, los hijos pueden tener sentimientos de culpa, miedo, tristeza, entre otras emociones con repercusiones negativas que en muchas ocasiones pueden no expresarlas y tendiendo a reprimirlas. Este proceso puede afectar de diferentes formas considerando la edad y etapa de desarrollo que tengan los hijos, por lo que la forma en cómo se informe y se maneje la comunicación y tiempos de los padres con los menores será vital para el afrontamiento de la separación.
Para el proceso de separación es primordial deshacerse de los pensamientos intrusivos para no sobrepensar la situación. Hay algunos puntos que debemos trabajar con nuestros hijos en el proceso de divoscio y separación:
1- No quedarse en el pasado, es comprensible seguir recordando las vivencias familiares de los momentos felices, que a su vez ocasionan mayor tristeza, por ello, es fundamental centrarse solo en el presente y crear nuevas rutinas.
2- Sentimiento de culpa en los menores, algunos niños dentro de los primeros 5 años tienden a creer que son la causa principal de la separación, presentando pensamientos distorsionados en los que ellos podrían solucionar el problema de los padres.
3.- No posicionarse o estar del lado de uno, en esta situación es recomendable ser lo más ecuánime posible. Actuar con mesura, equilibrio y acierto para que la separación se efectúe en los mejores términos posibles para todos los protagonistas.
4- Aceptar la decisión de los padres, es importante que los hijos aprendan a aceptar que si los padres no son felices juntos, una separación saludable puede permitirles disfrutar de cada uno de ellos en su mejor versión, considerando que podrán dejar de ser pareja, pero no dejarán de ser sus padres.
5- Hablar con una persona externa a la familia, es importante poder hablar de la separación, del sentir, dudas, miedos y creencias para poder tener las cosas claras sin maximizar las consecuencias. Así mismo, hablar de lo que pasa con un tercero puede permitir hablar del verdadero sentir sin temor de lastimar a ningún padre.
Psic. Ana Dextre
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