Hoy en día vivimos espacios de tiempo dentro de la rutina, el apresuramiento para llegar al trabajo, los estudios, reuniones, etc. En nuestro día a día nos estamos viendo envueltos cada vez más en situaciones capaces incrementar el estrés y con ello, las posibilidades de discutir o tener desacuerdos se hace más latente. Quizá a algunos les pasó que en una discusión se dijeron cosas que se interpretaron de forma diferente y que luego se hace necesario aclarar,
Les pasó quizá, que aquello que les refiere el otro es diferente a lo que quisieron decir, y por más que lo intenten de diferentes formas, simplemente queda una percepción equivocada del otro o la ausencia del reconocimiento de lo que se dijo, pues bien, esto tiene una explicación desde el campo de la psicología, se llama proyección. Parece mentira, pero quizá podamos estar en el mismo entorno, en la misma situación, pero las percepciones son distintas y pueden haber lecturas diferentes de los hechos, a pesar de tratarse del mismo episodio.
Ocurre que en nuestras vidas vamos a percibir las cosas desde diferentes perspectivas porque tenemos diferentes vivencias, y con ello , podemos transferir y ver en el otro algunas respuestas propias, es decir, puedo sentirme muy enojado o enojada y al llegar a casa ver a mi pareja en el ajetreo de sus actividades, después de un ir y venir de preguntas, ante la incomodidad del otro, podría identificar como enojo lo que fue una simple incomodidad, no necesariamente enojo, e interpretar las respuestas como reclamos, o peor aún, si no están en el mismo espacio, como estar en diferentes habitaciones por ejemplo y que se “escuchen cosas muy parecidas” pero no las mismas que se dijeron, no es lo mismo decir “esta situación está llegando a un límite” a “tú estás llegando a mi límite”, la explicación tiene que ver con la proyección, tal como se describe anteriormente, ocurre que si en nuestra historia personal, existen situaciones de abandono, es probable que se entienda la segunda alternativa, lo cual es lógico considerando el momento, las circunstancias y lo que llevamos en el interior. Lo que se logra es transferir el miedo hacia lo que oímos y en el momento se produce una selección de palabras que integradas desde nuestros miedos o distintas experiencias, se oyen con un contenido diferente. Una situación como esta no puede catalogarse como un engaño, si no como una proyección donde ponemos en el otro cualidades que quiero o defectos que temo encontrar.
Qué podemos hacer entonces para no continuar con la lucha de ¿quién tiene la razón o quién miente?, aquí algunas recomendaciones:
1- Es importante escuchar a tu pareja para entender lo que quiso transmitir, recuerda que salió de esa persona, por lo tanto, si no llegó bien, tienes la oportunidad de escuchar lo que quiso decir o a qué se refería.
2- Si entendiste algo que no te queda claro, o lo entendiste ofensivo, busca un momento cuando estés tranquilo o tranquila y expresa lo que entendiste preguntando a qué se refería para que veas la diferencia.
3- Ten presente que una regla básica es confiar en tu pareja, siendo así es importante que puedas considerar las explicaciones que te dé sin intentar juzgar o imponer tus perspectivas.
4- La verdad es relativa, los mismos hechos no serán percibidos de la misma manera porque somos personas diferentes, no obstante, conocer a tu pareja y parte de su historia puede servir para entenderse.
5- Finalmente recuerda que si estás enojado y tu pareja parece estar molesto o molesta también, considera la posibilidad de que te puedas estar proyectando y ver en el otro lo que realmente te pasa a ti.
Lic. Sarela Quiroz
Psicóloga Psicoterapeuta
991 988772 / 965 703600
Si tienes problemas de comunicación con proyecciones en pareja que no logras controlar, puedes contar con nosotros.