La etapa de la infancia es caracterizada por una carga especial de energía y curiosidad para jugar, una gran necesidad de exploración y descubrimiento, donde el juego es sin duda la manera más completa para cubrir dicha energía, no obstante, también debemos identificar la niñez como la etapa de formación de la estructura de lo que más adelante veremos cómo personalidad. Las experiencias de vida durante la infancia determinarán la manera en cómo se enfrenta la vida en el futuro.
Cuando un niñ@ no cubre sus necesidades básicas, incluyendo las necesidades emocionales de afecto y contacto seguro, expresión emocional, autonomía y exploración, necesidades lúdicas, y límites, es probable que crezca con carencias, las que podemos también llamar heridas emocionales, las que dejan huella y de alguna forma, marcan el inicio a una tendencia en la iteración, es decir, una característica de personalidad, que puede ser buena o mala, lógicamente, la posibilidad de que exista una característica buena como resultado a maltrato por ejemplo, puede ser que en su vida adulta, considere no repetir la escena y decida ser un padre o madre que no agreda a sus hij@s, sin embargo, podría pasar al extremo en el que pierda autoridad, sobre proteja o sea permisivo con sus hij@s, causando un daño que determinará la vida de este niñ@, quien pudiera por ejemplo, sentirse merecedor de todo sin control, límites ni respeto a la autoridad.
¿Cómo podemos educar a nuestros hijos de manera saludable?
Para empezar, es necesario reconocer que no ser perfectos tampoco está mal, pues podemos aprender, sin embargo, podríamos considerar las siguientes recomendaciones para hacer de nuestros niñ@s, adultos saludables.
1- Todo niñ@ necesita sentirse amado, importante para sus padres, seguro de la protección ante el peligro, por lo tanto, encárgate de atender sus miedos, calmar sus llantos, cuando sea necesario hasta que poco a poco vaya madurando y necesitando menos de ti.
2- Permite que tu hijo tenga oportunidades de aprender y actuar por sí mism@ para llegar a ser autónomo, no hagas todo por él /ella, recuerda que solo los bebés son totalmente dependientes.
3- Tu hi@ necesita expresar libremente sus emociones, no reprimas su llanto ni su alegría, quizá puedas enseñarle a reconocer sus emociones, pero no lo censures.
4- Es importante el desarrollo académico intelectual y el desarrollo de habilidades, pero nunca debe reemplazar los momentos de juego, recuerda que mientras tu hij@ juega, aprende habilidades sociales, negociación, interactúa, se frustra y se fortalece, mejora su psicomotricidad, etc. Si no juega de niñ@, ¿cuándo lo hará?
5- No te olvides de ponerle límites, tu hij@ no es el dueñ@ del mundo, tampoco se merece todo, aprender que los demás también son importantes y que hay cosas que no debe hacer, es una regla básica para una convivencia saludable.
Podemos cometer errores, pero siempre tendremos la oportunidad de corregirnos y enmendar, para educar hoy niños espontáneos que serán mañana adultos saludables.
Si tienes dificultades en la crianza de tus hijos, búscanos para orientarte.
Lic. Sarela Quiroz Castañeda
Psicóloga Psicoterapeuta