El papá puede ser visto como el superhéroe fuerte y valiente por el niño (a), el personaje que cumple un rol tan importante como el de la madre, aportando experiencias y acciones para la educación de sus hijos.
Tradicionalmente, se consideraba al padre como el jefe de la familia, el que salía a trabajar para mantener a su familia, y quien era la figura de autoridad más fuerte en el hogar, siendo quien aportaba protección, seguridad y firmeza. Sin embargo, a lo largo del tiempo, este concepto se ha modificado debido a los cambios que ha experimentado la sociedad.
El varón, en su rol como padre, está presente ante la gran oportunidad de aceptar los nuevos retos que se están presentando en la paternidad moderna. Al igual que las madres se han convertido en sostenedoras económicas y “cabezas de familia”, los padres se liberan parcialmente de la responsabilidad de ser los únicos proveedores económicos para convertirse además en proveedores emocionales y afectivos, capaces de organizar el hogar, involucrarse en las labores domésticas y sobre todo, en la crianza de sus hijos.
Aunque la familia ideal no existe, lo mejor para los hijos es la presencia tanto del padre como de la madre asumiendo roles de crianza compartida, donde la participación del padre pueda verse nutricia, y esto permita que tanto el padre como los hij@s puedan tene una mayor cercanía, y esto beneficie en la visión de un padre más activo, con sensibilidad a pesar de ser fuerte, con participación activa en las labores de casa, con capacidad de soporte emocional cuando sea necesario, pero en especial, hoy en día podemos apreciar a un padre que lejos de ser un superhéroe, es un ser humano sin poderes que se hace cargo de su familia junto a la madre y que tiene el poder de criar, educar y guiar a sus hijos.
Psic. Andrea González
Psicología Integral Yo Puedo
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