El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, se conmemora el sacrificio de todas aquellas mujeres a lo largo de la historia que lucharon por proteger sus derechos y garantizar que todas tengamos la oportunidad de alcanzar nuestro máximo potencial. La lucha constante ha brindado sus frutos, pues hoy en día es común ver mujeres con un desarrollo exitoso en el ámbito profesional y personal. Sin embargo, esta sobrecarga de responsabilidades puede traer consecuencias peligrosas, como el síndrome de la supermujer.
El síndrome de la supermujer es bastante sencillo de explicar y más común de lo que se cree. Se presenta en aquella mujer que se exige hacer a la perfección todas sus actividades diarias, como ser una profesional exitosa, una madre ejemplar y una pareja modelo; olvidando en el proceso sus propias necesidades. Este síndrome guarda mucha relación con la personalidad, ya que suele afectar principalmente a mujeres que aparentan ser fuertes e independientes, considerando que pedir ayuda a los demás es un signo de debilidad.
Este exceso de trabajo se manifiesta en problemas fisiológicos como las molestias gastrointestinales, trastornos alimenticios, hipertensión, dolores musculares e insomnio; y trastornos psicológicos y emocionales como ataques de ansiedad, pérdida del deseo sexual, insatisfacción, frustración, enojo, fatiga crónica, depresión.
¿Y qué puedo hacer para evitar o superar el síndrome de la supermujer?
Lo más importante es darnos cuenta que no necesitamos demostrar nuestra superioridad en todos los contextos de la vida. Las mujeres somos capaces de lograr cualquier meta, pero el pedir y dar apoyo no es un signo de debilidad, sino una prueba de que tenemos sentimientos para compartir con nuestros seres queridos y límites que debemos conocer.
PSIC. ANDREA GONZÁLEZ
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