Las reuniones en familia son muy especiales y evidentemente significativas de manera distinta para cada uno de nosotros. Ese momento de acogida y ambiente cálido que se torna en la cena navideña era crucial para nosotros, ya que nos permitía seguir fortaleciendo el vínculo familiar. Sin embargo, ante la presencia del Covid 19 estas reuniones de fin de año se vieron afectadas tanto a nivel personal, familiar y social. Las restricciones sanitarias y medidas de prevención de contagios implantadas para las Navidades modificaron nuestra manera de relacionarnos con los demás y pusieron a prueba la salud mental y emocional de las personas. El aislamiento social limitaba las reuniones tradicionales, con el objetivo que de un modo u otro nos ayudaran a disminuir los casos de contagios masivos y mantenernos a salvo.
Estos dos últimos años de lo que va la pandemia, podemos darnos cuenta que el objetivo de ciertas reuniones podrían modificarse, comprendemos que la unión no solo es significado de estar todos juntos en un mismo ambiente, es más que eso. Nos hemos dado cuenta que los lazos están más resistentes que nunca, a pesar de la distancia, algunas familias que tienen un integrante en otro país, en estas festividades pueden verse por más tiempo. Por otro lado, familias que por motivo de trabajo están en diferentes ciudades se reúnen para estas fiestas. Son estas distancias que nos ayudan a atesorar más los momentos cotidianos que podemos pasar con nuestros seres queridos o los momentos que podemos estar juntos sin necesidad de una festividad que celebrar.
Por ello, debemos fortalecer el concepto de navidad y lo que realmente significa, es momento de salir de la festividad materialista y propósito desviado de la navidad. En esta fecha compartir las tradiciones familiares y transmitir la importancia de dar y recibir amor, ser solidarios y de disfrutar de la sencillez de las cosas que nos pasan en nuestra vida, se transforma en el mejor regalo que podemos ofrecer a las personas que queremos. También, es primordial enseñar y construir los valores e interiorizar con nuestros hijos, que la felicidad no es sinónimo de obsequios o cualquier objeto material, que pasa en definitiva, a un segundo plano cuando priorizamos la unión familiar por el medio que sea posible. Nos ha tocado reinventarnos como familia los medios para poder compartir un momento de unión, no solo las festividades tienen que ser motivo de este fortalecimiento afectivo que podamos recordar y conmemorar.
Psic. Ana Dextre
Psicología Integral Yo Puedo
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