Cuando entramos a una juguetería, vemos distintas opciones que podrían entretener a los niños. Entre los estantes vemos muñecas, carros, bloques, pelotas, etc. Entre tantos juguetes también podemos apreciar los llamados juguetes bélicos, que son réplicas de armas utilizadas en la guerra, como pistolas, espadas, flechas y arcos, solo por nombrar algunos.
Este tipo de juguetes abre un debate en la sociedad, entre los que creen que incitan a la violencia y los que no, alegando que toda la vida han jugado con pistolas y nunca han tenido conductas violentas.
Al igual que muchos temas polémicos, hay argumentos sólidos en ambas posiciones, pero es importante tener en cuenta que los juguetes generan un impacto considerable en el desarrollo de la personalidad del niño; por ello, los juguetes bélicos, aún con la supervisión de los padres, envían un mensaje subliminal de agresividad en los niños, ya que, al asociar la violencia como una forma de diversión, puede convertir estos juegos en una conducta habitual a largo plazo que llegue a lastimar a otras personas o a sí mismos. Cabe señalar que los juegos simbólicos llevan al niño a representar tanto al médico que cura, al policía que defiende, como al personaje que hace uso de un arma que la usa como medio para eliminar dentro de diferentes contextos, si a esto le sumamos, la utilización de juegos de contenido igualmente bélico, tendremos la combinación perfecta para la activación de comportamientos hostiles y/o violentos que podrán afectar la conducta del niño dentro de su entorno.
Sin embargo, también hay que tener en cuenta que la hostilidad de un niño no es responsabilidad absoluta de un juguete. Es posible que pueda contribuir a la agresividad, pero existen otros factores que generan un mayor impacto en sus vidas, como la crianza, el ambiente familiar y los modelos sociales que tenga como referencia. Mientras los niños crezcan en un entorno afectuoso, con límites claros y buena comunicación, el riesgo de asumir un rol violento e interesarse por este tipo de juguetes se reduce de manera considerable. Cuidemos todo lo que ponemos al alcance de los niños y niñas.
PSIC. ANDREA GONZÁLEZ
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