Imagine que se encuentra en el hospital, solo y aburrido. Su médico le pregunta si le interesaría participar de un programa de terapia asistida con animales y usted acepta. En la fecha programada, un perro de asistencia y su entrenador lo visitan en su habitación. Se quedan durante 10 o 15 minutos, donde puede acariciar al perro y conversar con el entrenador.
Después de la visita, se da cuenta que está sonriendo, tiene más energía y su visión es más optimista. No puede esperar para contarle a su familia sobre el perro tan encantador y espera con ansias su próxima visita.
Desde sus primeros tiempos, el ser humano ha demostrado un fuerte vínculo afectivo con los animales, cuya compañía ha ayudado a mejorar su calidad de vida y a preservar su equilibrio físico y mental.
Bajo esta premisa es que se desarrolla la Terapia Asistida con Animales, las mismas que son intervenciones realizadas por profesionales de la salud para ayudar a las personas a recuperar o afrontar de mejor manera los problemas de salud física o mental, a través de la interacción con animales entrenados.
La terapia con animales está dirigida a cualquier persona o colectivo que presente necesidades en cualquier área, ya sea física, cognitiva, emocional o relacional, y pueden integrarse en diferentes sectores como la población penitenciaria, las personas mayores solas, en centros geriátricos, o con niños con habilidades especiales.
Por lo general, los animales más utilizados son perros y gatos, debido a su familiaridad con los humanos y su fácil adiestramiento, sin embargo, es posible realizar terapias asistidas con cualquier animal mientras este sea rigurosamente amaestrado y no represente un peligro para el usuario. Es así como los caballos, delfines, conejos, hámsters entre otros, han llegado a formar parte de las terapias de asistencia.
Según las investigaciones, entre los beneficios que aportan los animales se encuentran:
– Aumento del deseo y disposición para involucrarse en actividades grupales y de trabajo en equipo
– Incremento de la autoestima
– Aumento del sentido de la responsabilidad
– Reducción de la ansiedad y/o el sentimiento de soledad
– Abrir espacio para la expresión de afecto y de sentimientos
– Aumento de los niveles de atención y concentración
– Superación de miedos
– Mejora del estado físico
– Reducción de los niveles de ansiedad
– Alivio del estrés
– Beneficios físicos como son la reducción del ritmo cardíaco, reducción de la presión arterial, etc.
Es importante tener en cuenta que las terapias asistidas no son una sustitución de las terapias clínicas, sino un complemento para las mismas. Este campo es aún reciente y muy poco utilizado debido a las inquietudes por la falta de higiene y seguridad que genera un animal. A pesar de esto, las investigaciones están evolucionando por un buen camino para seguir desarrollando estas terapias con las que no solo se tratan problemas clínicos sino que también pueden arrancarnos una sonrisa.
Psic. Andrea Gonzales.
Psicología Integral Yo Puedo
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