En la actualidad, muchos niños menores de edad recurren a los videojuegos como (hobbies), dado que, consideran que es una manera de entretenimiento, con el uso de consolas, tabletas u ordenadores. Los videojuegos promueven habilidades como la creatividad, la cooperación, mejoran la capacidad deductiva en la inferencia de una conclusión a partir de una serie de premisas, ejercita los reflejos y puede favorecer la concepción espacial, superar retos, decidir con rapidez y mantener la perseverancia para alcanzar los objetivos. Además, puede promover las relaciones interpersonales de manera virtual debido a la interacción constante con otros jugadores, mejorando las habilidades de comunicación.
Sin embargo, el uso excesivo de los videojuegos tienen también efectos perjudiciales sobre la salud en los jóvenes, los videojuegos presentan diversos géneros en los que intervienen mundos y situaciones irreales, algunas llenas de fantasía, lo que podría influir en la percepción de la realidad, pudiendo desarrollar comportamientos ansiosos, agresivos o reactivo impulsivos, en una constante búsqueda de la satisfacción o recompensa inmediata. Por otro lado, pasar muchas horas jugando lo conllevaría a su vez al aislamiento del entorno, escasa participación en actividades de interacción personal , además de desarrollar un estilo de vida sedentaria que podría acarrear problemas de salud física escasas destrezas psicomotoras, obesidad entre otros.
Podemos tener en cuenta los siguientes consejos como medida de prevención:
- Establecer reglas y supervisarlas:
- Establecer reglas claras y concisas en cuanto a la planificación de los horarios, donde va a permitir jugar a su hijo y mantener una supervisión constante del compromiso que se elaboró en conjunto con él.
2. Después de haber culminado sus responsabilidades:
- Asegurarse de revisar la calidad de tareas y actividades que le han dejado a su hijo y que las haya completado de manera correcta, antes de permitirle comenzar a jugar.
3. Fomentar otras actividades de recreación:
- Buscar actividades donde su hijo pueda explorar sus gustos, aficiones, fuera de la pantalla. Permitiendo así, tener contacto externo con sus pares y el entorno.
Mantener límites con nuestros hijos crea seguridad e implica un mejor desarrollo en priorizar sus necesidades, si observan algunos de los indicadores mencionados líneas arriba, es importante trabajar sobre los límites y horarios. Si el problema persiste considere asistir con su hij@ a un especialista.
Psic. Carolina Soriano.
